viernes, 13 de noviembre de 2015

Planes con niños - Visita al castillo de los Mendoza

El pasado finde disfrutamos en Madrid de un día extra de descanso, (¿descanso?), con la fiesta de la Almudena, que cayó en lunes. Así que como los que somos padres de niños pequeños, madrugamos igual que si fuera lunes o miércoles, nos ha cundido el fin de semana largo lo que no está escrito!

Hago una pausa aquí para que alguien me explique la razón por la que a los niños hay que arrancarlos de la cama a las 8 menos cuarto de la mañana entre semana, y no hay manera de que abran el ojo, y lloran y remolonean como si los estuvieras despertando a las 5 de la mañana a toque de corneta; y los sábados y domingos a las 7 están como clavos al pie de la cama, y más despiertos que George Clooney en el rodaje de un anuncio de Nespresso, (What else?), reclamando actividad, actividad, actividad… y tú echando cálculos mentales de si en algún momento de la noche has conseguido hacer un solo ciclo de sueño completo… - La respuesta es no, deja de calcular-.

En fin, como os decía, el finde largo ha dado para mucho, y con un tiempazo que invitaba a tirarse a la calle, no hemos querido ser menos, así que hoy os dejo con el plan que hicimos uno de los días, apto para hacer con o sin niños: visita al castillo de los Mendoza, en Manzanares el Real, a un paso de Madrid. Para comer, cocido madrileño de tomapanymoja, y para terminar paseo por el embalse de Santillana.


A la llegada a Manzanares el Real podéis dejar el coche en uno de los aparcamientos gratuitos que quedan a la izquierda de la carretera si llegas desde Madrid por la carretera de Colmenar. De ahí al castillo son 5 minutos andando. 

El castillo de los Mendoza es un castillo-fortaleza del siglo XV. Y es uno de los mejor conservados de España. La verdad es que está totalmente enfocado a las visitas, que son a determinadas horas y tienen una duración aproximadamente de una hora. Eso sí, tened en cuenta estos horarios, porque hasta que no llega la hora, no se puede acceder al interior del castillo, y si vais con peques, os podéis imaginar lo que puede suponer ese rato de espera con la excitación que les produce estar en un castillo de verdad, con princesas y dragones y todas las cosas que pasan por sus cabecitas pensantes, y la frustración de estar en la puerta y no poder entrar… no lo recomiendo. Otra cosa a tener en cuenta si vais con niños pequeños, es que dejéis el carro en el guardarropa que hay en la propia taquilla. El castillo tiene múltiples tramos de escaleras, así como una escalera de caracol bastante estrecha, para este último tramo hay un ascensor alternativo, pero igualmente para el resto, los peques casi mejor en mochila o a pata.

Las vistas del embalse desde el castillo son espectaculares.


Para comer, a escasos 5 minutos desde el castillo, fuimos a Casa Marga.  Una taberna de toda la vida donde preparan el cocido de forma tradicional, en puchero de barro. 
Riquísimo. Eso sí, hay que reservar previamente. Y no comer el día de antes, porque las cantidades son tremendas.


Para bajar el cocido, (y los postres caseros que por supuesto cayeron después), nos dimos una vuelta por el embalse de Santillana. Los niños se lo pasaron de miedo tirando tierra y piedras al embalse. La orilla donde estuvimos, con el nivel tan bajo, era lo más parecido a una playa sin olas, así que no había peligro, más que de chapuzón.  Yo también me lo pasé de miedo (pero miedo del de verdad), temiendo que cualquiera de ellos se nos fuera de cabeza al agua con el ímpetu con el que tiraban las piedras. Enzo podría perfectamente ser piedrolari. 




En resumen, ¡un día redondo! ¡Feliz viernes! 







No hay comentarios:

Publicar un comentario